Una de las opciones que tenemos en Windows gracias al administrador de tareas,
es la posibilidad de terminar procesos pulsando un botón. Sin embargo, hay veces
que la aplicación se bloquea de tal manera que ni siquiera es posible cerrarla
de ese modo. Una segunda oportunidad la tenemos con el comando Taskkill, vamos a
ver cómo se usa.
Por desgracia es bastante habitual y seguro que nos hemos encontrado con más
de un programa que no responde, deja de actuar, nos bloquea el escritorio … A
parte de esta opción dentro del administrador de tareas:
Existe la posibilidad de usar la línea de comandos para forzar el cierre. El
proceso es prácticamente el mismo que en Linux donde el comando “Kill” permite
matar literalmente la aplicación ¡sin rechistar!. En Windows se trata de hacer
lo mismo con el comando “Taskkill”, aunque sinceramente es menos potente que en
Linux. No obstante conviene saberlo porque nos puede sacar de un apuro.
Todas las aplicaciones tienen siempre asignado un número de ID que lo
identifica y que nos servirá para forzar el cierre. Lo primero que debemos hacer
es averiguarlo y para ello lo mejor es recurrir al administrador de dispositivos
y mostrar la columna de ID. Selecciona el menú “Ver” y haz clic en “Seleccionar
columnas”:
En la imagen anterior puedes observar que cada programa muestra su propio PID
que lo identifica. Vamos a poner un ejemplo. Imagina que se está ejecutando el
programa “Google_update.exe” con PID 3812:
Abrimos ahora una ventana de línea de comandos, puedes hacerlo en el menú
inicio, “buscar” o “ejecutar” y escribiendo “cmd” pulsando enter.
Desde la ventana escribimos directamente el comando:
Taskkill /F /PID 3812
Después de pulsar ENTER nos mostrará un mensaje que confirma la operación. Si
abrimos ahora el administrador de tareas, veremos que la aplicación con
problemas ha desaparecido de la lista (al menos eso esperamos…).